EN INDIANA, LO BUENO AÚN ESTÁ POR LLEGAR

Mucho ha llovido desde que Tayshaun Prince volase en el Conseco Field House para frustrar las esperanzas de un público atónito.

Ya casi no queda nada de los 8 puntos en 9 segundos de Reggie Miller en el mítico Madison Square Garden para llevarse el primer partido de las semifinales de conferencia de 1995.

Es triste ver que, lo mas destacado de la franquicia desde entonces, lo protagonizaron dos de los peores profesionales del baloncesto de los últimos años, Ron Artest (por mucho que se cambie de nombre) y Stephen Jackson.

Un título de conferencia y una final ante Lakers en 2000 son los únicos éxitos cosechados por la franquicia de Indianápolis. Una franquicia que deposita, a día de hoy, la mayor esperanza de su vida en cambiar la historia. Esa historia que vaticina unos Heat paseándose por el Este hasta encontrarse con los Spurs en la final del playoff. Alguien me dijo una vez que lo mejor siempre está por llegar.

Que Paul George es ya una estrella de la liga nadie lo duda. Que Hibbert y West forman una de las parejas de interiores mas dominantes tampoco. Si se les acompaña con un perro de presa como Lance Stephenson, capaz de acercarse al triple doble en cada partido, con un nómada curtido en mil batallas como Luis Scola, un base como George Hill, que hace lo que se espera de él, sumado a un banquillo donde Granger espera volver a demostrar, y reforzado con Copeland y Watson, se puede pensar que los Pacers no solo compliquen el camino de los Heat como hicieran en los últimos playoffs, sino que sean su punto y final.

Parece que fue ayer cuando pensaba en un Pacers-Bucks como el peor partido posible para ir a ver en la NBA, donde Troy Murphy, Marquis Daniels y Jeff Foster eran los baluartes del equipo. Pero la grandeza de éste deporte es la velocidad a la que se producen los cambios, las sorpresas. En poco mas de 5 años la plantilla es candidata a ganar en el Este, los Knicks intentan jugar a baloncesto, los millonarios Nets sangran dólares, los Celtics se quedan en ropa interior etc. Excepto para unos de Texas y otros de Florida, la NBA es cambio continuo. La conferencia Este es más débil que su hermana, y en poco tiempo puede aparecer una franquicia con la que nadie contaba años atrás para amenizar una liga dominada por los exóticos Heat y los incombustibles Spurs.

Si el refrán era cierto, y el cielo en Indiana no se oscurece, los Pacers aún están por llegar.