Estos Blazers están muy alejados de aquel deprimido equipo manejado por McMillan y destinado a no llegar a PlayOffs. Esta vez la cosa pinta muy diferente y a continuación analizamos las causas de tal éxito.
Este equipo parece sacado de un laboratorio, pues tiene todas las piezas para ser a corto plazo un equipo que puede dar mucha guerra en PlayOffs. Si no llevan a cabo modificaciones importantes en el roster, unido a la experiencia adquirida por dichos jugadores, estos Blazers pueden hacer historia.
El equipo lo sostienen dos jugadores que sin duda alguna son All-Stars: Damian Lillard y Aldridge. El mítico Andrés Montes siempre nos decía que un equipo ganador se construía en base a un pivot y un playmaker, y mejores que estos dos hay pocos. Jugando de alero nos encontramos a Batum que está en un estado de forma magnífico. Hace de todo, rebotea, anota de tres, tapona y asiste. En el puesto de escolta se situa Matthews, un jugador muy fiable desde el triple y que solo aporta, nunca resta. Además, un refuerzo que ha venido muy bien es el de Mo Williams, que juega gran cantidad de minutos sustituyendo en el quinteto a Lillard y Matthews, siempre con buenos números. Se decía que la baja de J.J. Hickson iba a debilitar al equipo, aunque de momento Robin Lopez está cumpliendo muy bien en el papel de pivot defensor y reboteador, no tanto como anotador.
El problema de este equipo es la poca profundidad de banquillo, pues esto obliga a que los titulares acumulen más minutos. Dorell Wright es un buen triplista pero poco más puede aportar. Robinson y Freeland no son jugadores para nada fiables, y en cuanto a Victor Claver, pues todos sabemos que no está entrando en la rotación y que problablemente lo veamos por España en breves.
Por tanto, si en estos momento dieran comienzo los PlayOffs diría que Portland puede pasar una o dos rondas, sin embargo, con esta plantilla tan corta este equipo es una incógnita.
Por Enrique Molina (@CronoBasket)
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