La solidez del Real Madrid

El Real Madrid ha comenzado 2014 de una manera espectacular, si bien el pasado sábado en el Benito Villamarín vencía por un aplastante 0-5 al Betis esta victoria tiene un análisis más profundo: El conjunto blanco no ha recibido ni un sólo gol en lo que va de año.

Para construir una base de victorias y posteriormente de títulos es necesario primero no recibir goles, cosa que el conjunto de Ancelloti no aplicó del todo bien en la primera vuelta del campeonato doméstico, demasiados errores de la defensa, poca intensidad del mediocampo en las segundas líneas y un sufrimiento constante en las jugadas a balón parado hicieron que volaran algunos puntos muy necesarios para los intereses blancos.

Iker Casillas

Pese a no jugar en liga, Carlo Ancelloti ha concedido a Iker jugar Champions y Copa del Rey. En esta última el de Móstoles no ha recibido ni un sólo gol en 4 partidos (Ni Xátiva ni Osasuna consiguieron batirle) si le sumamos el partido imbatido frente al Copenhague el portero del Real Madrid encadena 5 partidos consecutivos sin encajar un gol. En la fase de grupos únicamente frente al Galatasaray (4-1) fué la única vez que tuvo que recoger el balón del fondo de las mallas.

Diego López

El de Lugo no se queda atrás, y ya encadena una racha de tres partidos de liga consecutivos sin encajar un sólo tanto. La estadística revela algo demoledor, al portero en esos tres últimos encuentros únicamente le han disparado una vez por partido. Tres disparos en tres partidos.

La defensa

El motivo de la mejora defensiva y por supuesto de que los porteros apenas reciban goles es sin dudas el excelente estado de forma con el que han regresado en 2014 la pareja de centrales Ramos y Pepe. Ambos están rayando a un nivel sobresaliente y su equipo lo está notando, de echo el conjunto blanco ya ha recortado cuatro puntos en dos jornadas poniendo la liga al rojo vivo.

Alonso-Modric: Perfección en la medular

La mejoría en el juego blanco sin dudas ha tenido su máxima exponencia en la vuelta de Xabi Alonso al once blanco, el tolosarra sabe marcar los tempos del partido como nadie y ha demostrado que no hay dos jugadores como él, sus cambios de orientación y su posicionamiento táctico hacen que el Madrid sea un equipo más sólido, más fluido y por supuesto cuente con un abanico muchísimo más amplio de posibilidades.

El otro activo de la mejoría es el estado en el que se encuentra Luka Modric, el croata está viviendo sin lugar a dudas los momentos más dulces de su carrera y dá esa chispa eléctrica que el Madrid necesita en ocasiones. Está atentísimo en los rechaces, corta balones, los distribuye con criterio y por supuesto no tiene ningún problemas en entrar como un efectivo más desde la segunda línea para servir un pase de gol a un compañero (como ocurrió en el 0-3 de Benzemá el pasado sábado).