La victoria del Real Madrid en Cornellà tuvo a parte de Pepe otro nombre propio: Luka Modric. El jugador croata se echó el equipo al hombro y supo estar en todos los lugares del campo en los que se le necesitó; cortó balones, distribuyó juego y supo darle los tempos necesarios a un partido vital de importancia, ya que la victoria acercaba al conjunto blanco a únicamente 3 puntos del liderato.
Carlo Ancelloti desde su llegada a dado total y plena confianza al croata, y pese a contínuas rotaciones en el mediocentro el jugador ha sido pieza clave en el esquema del Real Madrid. Se puede apreciar un Modric que no sólo crea el juego y reparte pases de gol, sino que también destruye e intercepta el juego rival, una versión aún más completa del jugador que tuvo en sus filas José Mourinho la temporada pasada.
La lesión de Xabi Alonso también ha sido determinante para que Modric se eche a la espalda el equipo, incluso pese a su vuelta, el tolosarra con sus problemas de oído no ha podido rendir al 100%, situación que no ha supuesto un problema para el '19' que ha asumido la manija del equipo con total perfección.
El de Cornellà fué el enésimo recital de un jugador que está creciendo por partido, haciéndose un hueco importante en el equipo y en el esquema de Carlo. La competencia en la línea de tres cuartos es más feroz que nunca. Pero Modric está dispuesto a ser una pieza fundamental para el juego del Real Madrid, el engranaje perfecto.
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