Chicago, esa ciudad de
Estados Unidos conocida por todos, principalmente por Michael Jordan. Hace años
ya, el equipo consiguió tener de nuevo esa ilusión, ese afán sustentado de
poder conseguir un anillo, y es que en sus filas estaba un jugador que en los
últimos años, ha sido el único capaz de arrebatarle a LeBron James el MVP,
hablamos sí, de Derrick Rose.
Como todos sabemos, Derrick
Rose es uno de los mejores bases de la NBA, o lo era hasta que su rodilla dijo
basta. Todos conocemos la historia, una historia que, hace pocos días se
repitió, pues aunque no fuese la misma lesión que ha tenido, es muy similar a
la de Rusell Westbrook, y que en breves será operado para la reconstrucción de
su menisco, tiempo de recuperación, indefinido según el propio equipo. Será
para no crearle más tensión ya.
El hecho de que no esté en
el equipo ayer se vio patente cómo influye negativamente en el equipo. Perdió
82-121 frente a los Clippers, una derrota con demasiada diferencia en cuanto a
la diferencia real entre ambos equipos.
Y es que además de la baja
de Derrick Rose, también se suma la de Jimmy Butler, otra pieza clave en el
equipo. Por si no tuvieran poco los Chicago Bulls con esas dos bajas tan
importantes, también sufren otra. La figura de un líder que tire del equipo en
momentos clave, que hoy por hoy, es partido a partido.
El año pasado, Chicago tuvo
de cara que jugadores como Noah y Carlos Boozer tirasen del equipo, bien
acompañados de Nate Robinson que se hizo una temporada para enmarcar. Pero este
año esto ya no es así, Noah y Boozer siguen haciendo su papel como mejor saben,
pero Nate Robinson no está, fue traspasado a Denver, y queramos o no, se nota,
tal vez, porque haga falta otro gran jugador para realmente poder exprimir al
máximo el rendimiento del equipo.
Y por si fuera poco, otro de
los jugadores clave, Luol Deng, se especula con su posible traspaso a final de
temporada si la cosa no cambia.
Así que se presenta la
siguiente situación del equipo de Chicago, Rose y Butler lesionados, Deng con
rumores de traspaso, Noah y Boozer, tirando ellos dos del equipo, y entre dos,
tampoco funciona todo a la perfección. Y aunque esté también Hinrich, el equipo
no aspira al ansiado séptimo anillo.
Así que sí, la ciudad del
viento está viviendo en su propia tempestad, pero esperamos, que como siempre,
después de la tormenta siempre viene la calma. Y más tarde más temprano, el
equipo vuelva a ser el que era.
Por: @BPolideportivo
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