Una de las aficiones que más ilusiones tenía puestas en
su equipo, esta temporada, era la de Minnesota Timberwolves; Kevin Love volvía
de la lesión que le tuvo lejos del parquet la mayor parte de la temporada
pasada, Ricky Rubio, ya recuperado de su lesión y con un año más de experiencia
en la liga, dirigiría las operaciones del equipo, Petkovic, tendría que ser un
pilar en la zona interior, y además, las llegadas de Brewer desde Denver, gran
defensor y que en los últimos años ha mejorado su tiro, sobre todo desde la
línea de tres puntos, y la de Kevin Martin, un tirador puro que llegaba desde
Oklahoma, hacía que el quinteto titular de los Wolves fuese considerado como
uno de los mejores de la Conferencia Oeste.
Como muchos equipos de la NBA, los Wolves poseen un gran
quinteto pero la segunda línea de jugadores que sale desde el banquillo deja
mucho que desear, solo a Barea se le puede considerar como un suplente de
garantías. Los Shved, Moute (recién llegado al equipo en un traspaso que mandó
a Derrick Willians a Sacramento), Hummel, Price y los lesionados, Turiaf y
Budinger, no son desequilibrantes en prácticamente ningún aspecto del juego y
por ello, Adelman no les da más de diez-quince minutos por partido.
La temporada comenzó bien para los de Minneapolis, Love promediaba
20 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias por partido, Petkovic no estaba al nivel
que se esperaba pero llegaba al doble-doble en la mayoría de las noches, Rubio
no anotaba mucho pero estaba pletórico en la dirección del equipo, y los recién
llegados, Brewer y Martin, cumplían con el papel que se les pedía, el alero
defendía y metía entre diez y quince puntos por noche, y el veterano escolta,
anotaba gran parte de los tiros que intentaba. Desde el banquillo, Barea le
daba más intensidad al equipo y Turiaf ponía la garra y la entrega. Gracias a
esto, los Minnesota Timberwolves ocuparon las primeras posiciones de la
Conferencia Oeste durante las dos primeras semanas de competición.
Con el paso de los días, los tiros dejaron de entrar,
sólo Love se acercaba al gran nivel de las primeras semanas, Rubio estaba
correcto en la dirección pero nefasto en el tiro, Brewer bajó su nivel, tanto
en defensa como en ataque, Martin ya no anotaba todo lo que pasaba por sus
manos y desde el banquillo no entraba ningún jugador que le diera frescura al
equipo. Por ello, los Wolves pasaron de estar en las primeras posiciones a
colocarse fuera de los puestos de playoffs.
El partido que disputaron ante Los Angeles Clippers en la
madrugada del domingo al lunes ejemplifica a la perfección la forma en la que se encuentran los de
Minnesota, partidazo de Kevin Love (45 puntos y 19 rebotes) pero que, una vez
más, está demasiado solo en la anotación, únicamente Petkovic (34 puntos y 14
rebotes) cumplió con su papel esa noche, mientras que en el equipo rival, tres
jugadores estuvieron a un nivel muy alto, lo que redujo las esperanzas de
victoria de los Wolves para este partido que, finalmente terminaron perdiendo
en la prórroga.
En la actualidad, los Timberwolves están en la undécima
posición de la Conferencia Oeste con récord negativo, trece victorias y quince
derrotas, y Kevin Love aparece en las primeras posiciones de los jugadores que
más anotan y más rebotean, promedia 25,9 puntos, 13,9 rebotes y 4,2 asistencias
por noche, números para ser considerado candidato al MVP si su equipo tuviese
un récord más positivo. Del resto de la plantilla, sólo Rubio aparece en las
primeras posiciones de algún aspecto del juego (jugador que más balones roba
por partido). Si estos Wolves quieren estar en la postemporada necesita, además
de un banquillo de más garantías, que los cinco jugadores del quinteto inicial
aumenten sus prestaciones y ayuden a Love a llevar al equipo a donde su afición
quiere, a jugar los playoffs en el mes de mayo.


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