"Si no hubieses tenido un buen tiro no habría habido ningún motivo para que siguieses vivo".

   Esto fue lo que le dijo "el Gordo" Barkley a Steve Kerr (Beirut, 27/09/1965), y no podemos decir que sea mentira totalmente, ya que el bueno de Steve Kerr ("Wyatt Earp" lo llamaba el genial Andrés Montes) vivió durante toda su carrera casi en exclusiva de su lanzamiento exterior y su inteligencia en la pista.


   Este claro ejemplo de "raza blanca tirador" tuvo una brillantísima carrera NBA que se prolongó hasta sus 38 años. Logró en sus 15 años en la mejor liga del mundo 5 anillos de campéon (96, 97 y 98 con los Bulls, y 99 y 03 con los Spurs), convirtiéndose en el segundo jugador que lograba dos anillos consecutivos con dos equipos distintos; además podemos añadir a su brillante palmarés el concurso de triples del All Star Game de 1997 o el oro en el Mundial de España de 1986. En fin, una gran carrera para un jugador que supo aprovechar al máximo sus escasas virtudes como jugador de baloncesto.

   Pero lo que más me llama la atención sobre este jugador es como una pelea suya cambió seguramente la historia de la NBA, y provocó la mejor "regular season" que ha hecho un equipo nunca (y que será complicado que nadie iguale), la temporada 95/96 de los Bulls de las 72 victorias. El equipo la temporada anterior, la del retorno de Jordan a finales de la misma, logró un mediocre balance de 47-35, pero lo peor no eran los resultados, sino las peleas de egos entre Kukoc y Pippen, hasta que volvió Jordan a poner orden. El momento que nos ocupa ocurrió en el "training camp" otoñal de los Bulls durante el otoño de 1995, y en los entrenamientos había tensión debido a las críticas vertidas sobre el equipo, y especialmente sobre Jordan, por la derrota sufrida ante los Magic en el playoff anterior, y Jordan quería demostrar a todos que seguía siendo el mejor, incluso en los entrenamientos.
Kerr y Jordan intercambiaron algunos insultos en unas cuantas jugadas, aumentando la tensión entre ambos a cada segundo que pasaba. "Me molestó algo que dijo, por lo que le respondí, y creo que eso no le agradó mucho a Michael... fuimos a la línea y él me empujó con el antebrazo en el pecho y yo se le devolví, y cuando me di cuenta nuestros compañeros estaban tratando de separarnos", así lo cuenta Kerr, que dijo también "sabía que si hubiese sido una pelea real me hubiese matado si hubiera querido, me separaron más por mi propia seguridad que por peligro para Michael".

A partir de ese momento, la relación entre Jordan y Kerr cambió por completo, pasaron de ser dos jugadores sin apenas relación, a dos compañeros entre los que se palpaba el respeto mutuo, y Jordan comenzó a entender mejor al resto de sus compañeros, no solo a Steve, se dio cuenta de que solo con su talento no podia ganar tantos partidos como el quería, que además de su magia necesitaba hacer que su equipo jugara como tal, y que necesitaría a Kerr aprovechando los espacios que generan los dobles marcajes tanto como el trabajo de Rodman o el talento de Kukoc desde el banquillo.

Y gracias a Kerr, que le hizo ver a Jordan que todos sus compañeros eran merecedores de su respeto y comprensión, se fraguó un EQUIPO, que ostenta un récord que aún perdura casi 20 años más tarde.
   Y así como Steve Kerr cambió la historia de la NBA y de los Bulls.

                                                                                                   Emilio Ramos.

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+ comentarios + 1 comentarios

2 de diciembre de 2013, 13:17

Gran artículo, Jordan eclipsó a grandes jugadores como Steve Kerr, que quizás no tenia un gran talento como has comentado pero fue clave para el éxito de esos Bulls.

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