Tras el millonario fichaje del galés, 100 millones €, o al menos eso se dice, el seguidor blanco desde su infancia llegaba con toda la ilusión del mundo por jugar en el Santiago Bernabeu. Sólo hicieron falta apenas 2 semanas para comprobar que el regalo de Florentino había llegado con algún que otro rasguño.
Tras varias semanas viendo fugazmente, y habiendo debutado con gol incluido ante el Villarreal, Bale se ausenta de los compromisos internacionales para quedarse en Madrid haciendo una pretemporada express que consiga ponerlo a tono, al menos algo más de lo que no estaba. Las alarmas saltaron en la caa blanca, y más aún si cabe, en casa y la del enemigo también. Los medios se hacían eco de la lesión del jugador achacando las causas a una hernia discal en la columna, para hacernos una idea, lo que tuvo Higuaín y que tuvo que ser operado para después pasar meses de recuperación.
Pero entonces fue el propio club quién salió a desmentir éstas afirmaciones, alegando que nadie hubiera fichado a un jugador que arrastrara molestias en la columna. Al parecer, y por lo que confirmo el propio Fernando Hierro, se trata de una lesión crónica la cuál no impide hacer esfuerzos de alta intensidad y que él mismo padeció durante su carrera, sin impedirle rendir al nivel deportivo que se le exigía. En pocas palabras, podríamos decir que es un defecto de fábrica que no afecta al rendimiento del jugador.
Pero las dudas no se disiparían hasta ver al jugador en acción. Dicho y hecho, Gareth se moría por saltar al césped y demostrar a todos que por lo menos, vale la mitad de lo pagado (la otra mitad ya lo pagarán las camisetas). Quizás no se entienda especialmente bien con CR7, pero sí que lo da todo en el campo. Y los resultado empezaron a llegar, en apenas 4 partidos, 4 asistencias y 2 goles, exhibiciones y el sello del Madrid, contraataques letales capaces de destrozar a cualquier equipo. El galés por la izquierda y el portugués por la derecha están dejando claro que Neymar y Messi no lo van a tener nada fácil para destacar uno sobre el otro.
Velocidad, regate, visión (algo desafinados aún) y sobre todo pegada. Pegada brutal la del jugador, que está dejando atónito al mismísimo Bernabeu, nada fácil en estos tiempos que corren.
Sus últimas actuaciones no están pasando desapercibidas ni en Inglaterra, dónde aún le echan de menos. El entendimiento cada vez va a más con el equipo, y su progreso parece ser ascendente, por ahora. Tan sólo nos queda ver si con el tiempo seguirá creciendo hasta ser más de lo que fue en la isla inglesa, o por el contrario, quedará como el fiel escudero de adorado CR7. La Liga sigue abierta, y todo por decidir, que siga el espectáculo.
Zico (@elanalistaDe)
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