Simeone, la magnífica excepción

De bien es sabido por todos el refrán de "la excepción que confirma la regla". El Cholo Simeone es uno de los elegidos para entrar en esta selección, y es que cuando las estadísticas se rompen y lo impredecible florece estamos ante lo más bello y puro del fútbol.

Simeone ha sido capaz de romper a base de trabajo, esfuerzo y sacrificio aquella vorágine futbolística y mediática a la que nos tienen acostumbrados los dos colosos de nuestra Liga Real Madrid y Barcelona. Inició una cruzada argumentando una dualidad aburrida entre ambos equipos pero mientras trabajaba a destajo por hacerla trizas. Como aquel compañero empollón de la clase que decía que no había estudiado y siempre sacaba sobresaliente, la picaresca argentina en su máxima exponencia.

En su sala de máquinas construyó un equipo fuerte atrás, el mejor portero joven de europa (Courtois), una defensa ágil, dinámica y jerárquica donde Godín marca las pautas, un medio centro con llegadas en segundas líneas para acabar las jugadas y evitar contragolpes, destellos de calidad como los de Arda Turán y un delantero depredador e incansable arriba. Un equipo como bien dije fuerte futbolisticamente, pero sobre todo mentalmente y ahí es donde se basa su éxito.

Indiscutiblemente de la calidad de los jugadores, Simeone ha sabido sacarle rentabilidad a futbolistas que en otros equipos no rendirían a este nivel, y él es el culpable de ello. Los jugadores creen en el técnico y son capaces de ofrecer más de un 100% de su rendimiento y eso se vé reflejado en el campo. La competencia es voraz, gente tan importante como David Villa (fichaje estrella este verano) están pasando a un segundo plano y eso es muy positivo para el equipo. Nadie quiere caerse del once y quien entra llega para sumar.

El entrenador argentino está de moda y no por casualidad, ha sido el único en romper el ecosistema dual de la Liga española, ha plantado a su equipo en lo más alto y amenaza con no bajarse. El Atlético y su técnico a día de hoy son esa magnífica excepción de que esta Liga no iba ser tan aburrida como nos planteábamos a principios de temporada. El Calderón vuelve a sus noches grandes y esta vez quiere que no sean efímeras...Simeone y los suyos tienen en su cabeza y sus botas la oportunidad mágica.