Si hay un equipo en la NBA que vive de su pasado, esos
son los New York Knicks, un conjunto que temporada tras temporada es
considerado por los expertos como uno de los candidatos para llevarse el anillo
de campeón de la mejor liga de baloncesto del mundo, y que en muchos de esos
años, ha decepcionado o no ha llegado a cumplir las expectativas que había
puestas sobre ellos.
Muy lejos quedan los años en que los Knicks ganaron los
dos campeonatos que, hasta ahora, tienen en sus vitrinas; estamos hablando de
los años 70, concretamente, de la temporada 69-70, cuando ganaron a los Lakers
en las finales por 4-3, y de la temporada 72-73, en la que también derrotaron a
los californianos, tras haber perdido en las finales contra estos mismos
rivales el año anterior. Por aquel entonces, los Knicks contaban con una
plantilla compensada y sin grandes estrellas, Walt Frazier y Willis Reed, el
primer jugador en alcanzar los tres MVP´s en una temporada (MVP del All Star
Game, MVP de la liga regular y MVP de las finales), a los que más tarde se unió
Phil Jackson, eran los jugadores más
destacados de unos Knickerbockers capitaneados por el mítico Red Holzman desde
el banquillo. Desde lo más alto del
Madison Square Garden cuelgan las banderas que recuerdan a este gran equipo que
llevó a los Knicks a su era más gloriosa.
Tras la marcha de Holzman, Reed y compañía, los
aficionados neoyorkinos vivieron varios años de desilusiones, ya que hasta
mediados de los años 90 no vieron a su equipo jugar otra final de la NBA. Fue
en el año 1994, donde perdieron en las finales contra los Houston Rockets de Hakeen
Olajuwon. Los Knicks contaban con uno de los mejores equipos de la liga y tras
la primera retirada de Jordan, por fin consiguieron derrotar a los Bulls en su
camino hacia el anillo. La gran final se convirtió en un duelo por todo lo alto
entre Olajuwon y Patrick Ewing, que finalmente se llevó el de Houston. Tras
varios años cayendo eliminados en semifinales de conferencia, y de la mano de
Jeff Van Gundy, volvieron a llegar a las finales en el año 1999, temporada del lockout, donde se enfrentaron a los San
Antonio Spurs. Los Knicks seguían
teniendo a Patrick Ewing en sus filas y además, contaban con otros
grandes jugadores de la época como Latrell Sprewell, Kurt Thomas o Allan
Houston. Los Knickerbockers sucumbieron a los Duncan, Robinson y compañía y cayeron
por un contundente 4-1; en lo que sería el primer título d Gregg Popovich como
entrenador del conjunto tejano.
La llegada del nuevo milenio trajo más desilusiones a los
aficionados de los Knicks, que vivieron una travesía por el desierto durante
los siguientes diez años, en los que solo lograron clasificarse para los
playoffs en dos ocasiones. Durante esta década de derrotas y fracasos, los
neoyorkinos contaron con grandes plantillas, Marbury, Jerome James, Steve
Francis, Jalen Rose, e Isiah Thomas, primero desde los despachos y después
desde el banquillo, formaron parte de aquellas millonarias plantillas que
encadenaban fracaso tras fracaso.
En la primavera del 2008 se pretendió dar un
giro a la situación para volver a ser un equipo ganador; las llegadas de Donnie
Walsh como nuevo General Manager y de Mike D´Antoni como entrenador jefe,
hacían que los aficionados de los Knicks volvieran a recuperar la ilusión en su
equipo, aunque el punto de inflexión se produjo tras el All Star del 2011,
cuando llegó desde Denver, en uno de los traspasos más sonados de la NBA en los
últimos años, Carmelo Anthony. Con la llegada de “Melo”, los Knicks juntaban a
dos grandes jugadores, el propio Anthony, y Amare Stoudemire, que había llegado
como agente libre ese mismo año; lo que les permitió clasificarse para playoffs
tras diez años de sequía, y donde cayeron derrotados, en primera ronda, ante
los Boston Celtics.
En la temporada siguiente, también lograron clasificarse
para playoffs, donde volvieron a perder en primera ronda, esta vez ante los
Miami Heat, pero ya con Mike Woodson al frente del banquillo, tras la
destitución de Mike D´Antoni mediada la temporada. Con Woodson, los Knicks
comenzaron la temporada 12-13 como serios candidato al anillo, y más tras ver
sus resultados en los primeros meses de competición. La llegada de Chandler, el
año anterior, y de JR Smith, a finales de la temporada pasada, le dieron más
profundidad al equipo, que logró clasificarse para playoffs por tercera
temporada consecutiva, donde caerían ante Indiana Pacers en semifinales de
conferencia.
Para esta temporada, como no, los Knicks volvían a ser
considerados como favoritos, con un equipo más maduro y con la llegada de
Bargnani como la principal novedad. La historia se vuelve a repetir, ya que,
tras un inicio de temporada deplorable, parece que va a volver a ser otro año
de desilusiones para la fiel afición Knick.
La lesión de Chandler ha hecho mucho daño al equipo, y no parece que Woodson
pueda cambiar la dinámica de derrotas en la que han entrado los Knickerbockers;
Phil Jackson, Allan Houston o Jeff Van Gundy son algunos de los nombres que han
sonado en la capital del baloncesto, para hacerse cargo del banquillo del
Madison.
Todavía nos queda mucha temporada por delante, pero los
Knicks no dan la sensación de ser un equipo que pueda llegar lejos en la
postemporada, así que tendrán que centrarse en el mercado de agentes libres del
próximo verano, en el que tienen la obligación de convencer a algún jugador de
nivel para, a su vez, convencer a Carmelo Anthony de que los Knicks son el
equipo donde puede conseguir el tan ansiado anillo, que se le resiste al
conjunto neoyorkino desde hace ya, cuarenta años.
Por: Juan San Martín (@mieressanmartin)
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